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Olivia de Havilland y el adiós a la última descendiente de la era dorada de Hollywood

Con una carrera de más de 50 años en la que participó en unos 50 largometrajes, De Havilland era la última actriz sobreviviente del filme clásico "Lo que el viento se llevó" (Gone with the Wind, 1939).

Su interpretación del papel de Melanie le valió una de sus cinco nominaciones a los premios Oscar. Hasta su muerte era la artista viva con más edad que haya ganado uno de los premios de la Academia.

De Havilland fue fundamental para la eliminación del llamado "sistema de estudio de Hollywood", lo cual le permitió a los actores obtener mejores contratos.

Olivia Mary de Havilland nació en Tokio en 1916 y a muy corta edad se mudó a California con su familia.

Se inició en la actuación mientras estaba en la preparatoria. Su debut en el escenario en 1933 en una producción amateur de "Alicia en el país de las maravillas".

"En realidad me estaba mudando al país de las maravillas encantadas de Alicia. Y, por primera vez, sentí no solo placer en la actuación sino también amor por la actuación", decía.

Fue descubierta por el director Max Reinhardt.

Hizo su gran aparición cinematográfica en "El capitán Blood" (Captain Blood, 1935), al lado de Errol Flynn, una pareja que hizo química casi de inmediato. Juntos hicieron otras siete películas, incluidas "La carga de la Brigada Ligera" y "Las aventuras de Robin Hood".

De Havilland dijo que Flynn, que tenía fama de mujeriego, le había propuesto matrimonio, pero ella lo había rechazado porque era un hombre casado.

A lo largo de la década de 1930, apareció en varias películas románticas y ligeras que le permitieron mostrar su perfecta dicción, pero le ayudaron poco en el avance de su carrera,

"Interpretar a chicas buenas en los años 30 era difícil cuando la moda era interpretar chicas malas", dijo.

Sin embargo, fue elegida para el papel de Melanie en la adaptación épica de David O Selznick de la novela de Margaret Mitchell, "Lo que el viento se llevó".

Perdió el premio a Mejor actriz de reparto de la Academia frente Hattie McDaniel, quien interpretó a Mammy en la película.

Su estatuilla llegó unos años después, en 1946, por su papel en Lágrimas de una madre (To Each His Own, 1946), y luego un segundo por "La heredera" (The Heiress) en 1949.

Continuó una legendaria carrera hasta finales de la década de 1980.

Fuera de la pantalla, fue una líder en la lucha de los actores contra los grandes estudios que en un momento tuvieron el control total sobre sus estrellas.

Con el respaldo del Screen Actors Guild, llevó a Warner Brothers a los tribunales luego de que el estudio alargó la vigencia de su contrato original como penalización por rechazar papeles.

La Corte Suprema de California falló a su favor en lo que se conoció como la Ley De Havilland que alivió el control que los estudios tenían sobre sus actores.



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